- Liberación controlada, que trata de eliminar o reducir los efectos secundarios produciendo una concentración terapéutica del fármaco que sea estable en el organismo. Se trata de alcanzar una cinética de liberación de orden cero y no suelen existir cambios en la concentración del fármaco en el organismo (comparándolo con los cambios intermitentes de concentración en las dosificaciones convencionales).
- Liberación dirigida hacia lugares específicos, que trata de asegurar que el fármaco es liberado en el lugar requerido, y al mismo tiempo mantiene el fármaco inactivo en cualquier otro lugar del organismo.
Una medida importante a la hora de evitar o disminuir los efectos negativos sobre la piel es el empleo de biopolímeros compatibles y no antigénicos, como pueden ser los hidrogeles poliméricos.
Los hidrogeles, desde que aparecieron en el mundo de la Biomedicina,han demostrado ser muy biocompatibles, gracias a sus propiedades físicas, que los asemejan a los tejidos vivos, especialmente por su alto contenido en agua, su consistencia blanda, su elasticidad y su baja tensión interfacial.
La liberación transdermal, en la que el sistema de liberación se pone en contacto externamente con la piel, constituye una de las vías de administración de fármacos comercialmente más importantes. A través de estos sistemas podemos obtener los efectos sistémicos, pudiendo evitar el efecto de primer paso por el metabolismo hepático , lo que supone una de las grandes desventajas de los sistemas de liberación orales.