La cicatrización consiste en reparar o regenerar un tejido alterado, provocando la formación de un tejido igual al existente previo a la cicatrización (regeneración).
La piel constituye uno de los ejemplos más importantes de tejido que sufre reparación.
La regeneración cutánea se puede dividir en tres formas:
- Regeneración primaria: se produce un cierre primario.
- Regeneración secundaria: cicatrización por segunda intención.
- Regeneración terciaria: cierre primario tardío.
Las heridas requieren energía y síntesis de proteínas debido a las necesidades locales de la regeneración y porque la herida supone un estado de hipermetabolismo sistémico y catabolismo. Sea la vía de cicatrización que sea, existen las mismas fases, y cada una necesita a la anterior, además de energía, suministro proteico y estímulo anabólico.